lunes, 28 de noviembre de 2016

La motivación es el camino

¡Hola despreocupados lectores!
En esta, nuestra última entrada vamos a hacer una revisión de nuestra visión de la actividad docente y a partir de aquí qué tipo de profesor queremos ser. Y con esto despedirnos de vosotros deseándoos mucha suerte en vuestra carrera profesional y personal. Pero no es un adiós, es un: seguimos en contacto!

Xicu
Yo personalmente he evolucionado mucho, he visto que es posible cambiar el sistema educativo desde  el sitio de profesor, está claro que siempre nos tenemos que apoyar del sistema educativo, pero hemos visto que hay veces que es difícil. Pero mi visión ha cambiado, no es necesario ni útil que los chicos sigan una educación tradicional con clases magistrales aburridas y soporíferas. ¿Qué quiero decir? Que hay otra forma de enseñar, que los chicos pueden ir a clase con ilusión, motivados, con ganas de aprender y ganas de hacer, porque haciendo es como se aprende, porque haciendo es como sienten que hay un resultado, si consiguen algo se vuelven más ambiciosos, pretenden hacer un proyecto mejor para que sus padres la comunidad y ellos mismos estén orgullosos de su trabajo y de este modo, crecen como una sociedad libre y humana, moldeando su entorno a sus necesidades y por lo tanto respetándolo. En definitiva estoy muy ilusionado con las técnicas inclusivas, el trabajo por proyectos y los resultados que todo esto conlleva.
Es diferente pensar en qué tipo de profesor queremos ser o el profesor que nos permitirán ser, ya que a veces es difícil poder hacer lo que uno quiere, ya sea por el poco apoyo de los demás profesores del centro, de las leyes educativas o a veces el comportamiento de los jóvenes. Pero a pesar de esto creo que puedo ser un buen profesor.

¿Qué tipo de profesor quiero ser?
Mi intención no es ser sólo un profesor de lengua y enseñar el modelo de  sintaxis perfecta que diseñó Chomsky, o las diferentes clases gramaticales, o que sepan toda la literatura del tercer tercio del siglo XVIII  que también, pero pretendo enseñar otras cosas: la capacidad de expresarse bien, de forma oral y escrita, de debatir, de dar la opinión y posicionarse, argumentar, que tengan una personalidad y una forma de pensar que permita respetar la opinión de los demás. Creo que todo esto es mucho más importante que saber matemáticas o castellano en mi caso. Evidentemente les enseñare los contenidos curriculares, pero hay más formas de aprender que no son clases magistrales. Yo intentaré en la medida de lo posible plantear problemas que a ELLOS les interesen, que ellos se interesen por la gramática, por la métrica de los versos de las canciones de rap que tanto les gustan. Quiero ser un profesor entretenido, que no duerma a los alumnos en clase.
En definitiva el tipo de profesor que quiero ser no es el típico profesor. Sé que sonará utópico y lo que deseamos todos. Pero me gustaría ser el profesor que recuerdan los alumnos que, aparte de enseñar castellano, les enseñe cosas de la vida y a crecer como personas, hacerles ver a través de la literatura y la historia de dónde venimos y a dónde vamos. Siempre contando con el apoyo de los demás profesores para hacer que entre todos los chicos salgan adelante y, siempre, contando con las familias de los alumnos ya que es en la familia dónde realmente se apoya todo el mundo, y por tanto, no hay que dejarlos de lado. Quiero ser un profesor innovador, con ganas y capacidad para motivar a los alumnos y que de este modo obtengan un aprendizaje significativo.
 
Ein von Xicu Marí Ribas (@bloghx) gepostetes Foto am



Hannah
Durante los últimos meses de este Máster he ido afianzando los conceptos que tenía de la enseñanza, encontrando respuesta a muchas de las preguntas que me habían surgido trabajando en la academia de idiomas. En septiembre para la asignatura de Procesos y Contextos Educativos creamos este blog y desde entonces ha sido una especie de diario virtual en el que plasmamos nuestras ideas, reflexiones y opiniones sobre todo tipo de temas relacionados con la enseñanza. De todas las herramientas que hemos utilizado (Instagram, Twitter, Thinglink) Blogger ha sido para mi la que más me ha gustado y a la que más uso le veo. A diferencia de Twitter, que me parece que es una herramienta para adultos, Blogger es totalmente aplicable a la educación secundaria. Instagram por otro lado, trabaja la idea de expresar una opinión, un tema, una reflexión o un incluso solo un momento a través de una imagen y eso es algo que también me gustaría trabajar con mis alumnos. Los adolescentes tienen tanta creatividad que creo que tanto Blogger como Instagram son buenas herramientas para ellos. Me quedo con la idea de que las TIC son fundamentales en la enseñanza de hoy en día, y nos guste o no, no podemos alejarlas de las aulas. Por lo tanto, nuestro trabajo es incluirlas en nuestra asignatura, aprovecharnos de todo el contenido en línea que tenemos y enseñarles a los alumnos cómo se usan de forma adecuada.
En cuanto a la visión que tenía sobre la educación, yo ya venía con la idea de que el sistema educativo tiene que cambiar sobre todo en España, que en comparación con los países nórdicos o Alemania, Holanda, Inglaterra, etc. se encuentra un poco a la cola. Considero que en todas las asignaturas de este máster hasta ahora hemos aprendido muchas estrategias y dinámicas que podemos utilizar como docentes para fomentar y afianzar el camino hacia una escuela diferente. Sin embargo, cuando nos encontramos en situaciones alumnos-profesor más o menos complicadas muchas veces recurrimos a lo de siempre, a lo que hemos vivido nosotros mismos en nuestra época escolar: la escuela tradicional. Inevitablemente nos han marcado todos los profesores que han cruzado nuestro camino durante primaria, secundaria y la universidad. Por lo tanto, parece obvio cuál es nuestra tarea a partir de ahora ¿no? Atrevernos a aplicar todas estas estrategias, metodologías, las TIC y los ABP para que nuestros alumnos vivan una escuela diferente que luego los marcará en su camino. Algunos de nuestros alumnos se convertirán en profesores algún día y en ese momento se acordarán de nosotros. Espero que se acuerden de mi. 

¿Qué tipo de profesora quiero ser?
Llevo dándole vueltas a esta pregunta bastante tiempo y la verdad que siempre me viene a la cabeza el mismo concepto: quiero ser una profesora buena. No quiero ser extraordinaria, ni la más creativa, ni la más alternativa. Quiero ser buena en lo que haga y poder transmitirles a mis alumnos los conocimientos necesarios, sean conceptos, actitudes o procedimientos. Quiero que mis alumnos se diviertan en mis clases, incluso cuando haya que estudiar. Ya que tengo el placer de enseñarles otra lengua, que probablemente junto a educación física y plástica, es de lo más práctico que van a aprender en el instituto, quiero que entiendan que otro idioma no es sólo gramática, sino que tiene una aplicación en la vida real. Como ya hemos dicho varias veces: la clave está en la utilidad.
Flickr: Un buen profesor se adapta a cualquier siruación.
Por último añadiremos el Thinglink que hemos creado, respondiendo a través de imágenes a la pregunta de ¿Qué tipo de profesor queremos ser?



martes, 22 de noviembre de 2016

Enseñar diferente es posible

Ya hemos hablado de unas competencias diferentes y de una evaluación diferente por lo que ahora hablaremos de una enseñanza diferente. Una vez más hemos pasado intensos ratos con Zabala y Arnau, que nos han enseñado que la forma óptima de enseñanza es a través de situaciones-problemas.

Ésta forma de aprendizaje se caracteriza por la investigación y la reflexión por parte del alumnado frente a un problema planteado por el profesor. A través de este tipo de ejercicios, los alumnos, no sólo adquieren autonomía en el aprendizaje, sino también todo tipo de competencias adicionales. Hay que tener en cuenta que el aprendizaje por competencias no es una ciencia estudiada y que hay muchos contenidos en el currículo actual que no tienen un carácter disciplinar únicamente, sino también interdisciplinar (combinación de múltiples áreas del saber) y/o metadisciplinar (superación de los límites académicos). Todo lo que se refiere a la dimensión social, interpersonal, personal y profesional requiere una actuación conjunta de TODAS las disciplinas anteriormente mencionadas. En definitiva, nos encontramos ante un reto para la planificación curricular por competencias.

Para superar este reto, Zabala nos propone organizar las “materias” por áreas no específicas que asumirán componentes de disciplinas diversas y tienen como fin el desarrollo de unas competencias que NO pertenecen únicamente a una disciplina en concreto. Los contenidos disciplinarios son lo más fáciles a incluir, ya que corresponden a los contenidos teóricos, pero tenemos que intentar crear áreas que también asuman tanto los contenidos interdisciplinares como los multidisciplinarios. Profesores: ¡éste es nuestro objetivo! Si nos fijamos ahora en la práctica vemos que no se ha aplicado así y que lo único que ha ocurrido es que a medida que se incorporaban nuevas competencias al currículo se creaban asignaturas aisladas que recogieran sobre todo esos nuevos procedimientos y actitudes. Pero estas competencias no se adquieren en un trimestre, ni a través de un libro de texto. Son competencias que se tienen que enseñar a lo largo de toda la escolaridad a través de la interrelación del mayor número de áreas posibles.

Entonces, ¿cómo podemos incluir los procedimientos y las actitudes en el aula? un buen método para eso es el Aprendizaje Basado en Problemas / Proyectos, que igual que la situación-problema consiste en un ciclo de trabajo que parte de una pregunta-problema inicial, pasa por la búsqueda y el procesamiento de información, la resolución de la pregunta, la elaboración de un producto final, la evaluación del proceso y del producto y finalmente por la difusión.

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En éste tipo de aprendizaje Trujillo ha sido nuestro aliado, que dice que enseñar es elegir: los contenidos, los materiales, cómo agrupar a los alumnos, cómo evaluar, a qué ritmo, etc. También hay que elegir las actividades que se hacen en clase y esto tradicionalmente se ha hecho siempre desde un punto de vista transmisivo: presentación, práctica, prueba. Era una enseñanza directa centrada en un aprendizaje memorístico, que por un lado no desarrolla todas las competencias exigidas por el currículo, ni facilita la inclusión. Ya dijimos en una entrada anterior que la calidad está en el proceso y no en el resultado. El aprendizaje basado en proyectos o problemas es una enseñanza activa que precisamente premia el camino y el resultado. Todo conocimiento fruto de un ABP es resultado de un trabajo entre el docente y los alumnos, valorando el proceso y obteniendo un producto final tangible.

No hay que olvidar que la función del docente en éste tipo de aprendizaje es fundamental y que tiene que tener en cuenta varios elementos a la hora de diseñar un buen proyecto. A parte de una planificación rigurosa, la finalidad y la relevancia desde la perspectiva del alumno son para nosotros lo fundamental. Básicamente, si el profesor sabe combinar los intereses de los alumnos con el currículo obligatorio conseguiremos el resultado ideal con la calidad adecuada y convertiremos el aprendizaje en algo memorable.

Hemos aprendido además que hay dos formas de diseñar un proyecto/problema: iterativo o retrospectivo, pero para no alargar demasiado esta entrada mencionaremos únicamente en que se diferencian: un diseño iterativo no les plantea a los alumnos un producto final y un diseño retrospectivo sí que lo hace. Sea cual sea el diseño, la importancia reside en ese producto final. Abarca, por un lado, la motivación de la actividad para los alumnos y da sentido al trabajo y por otro lado, va mucho más allá del libro de texto y abre nuevas oportunidades de evaluación que tanto necesitamos. Ya que para evaluar un ABP hay que tener muy presente lo que hemos mencionado al principio de esta entrada: los contenidos disciplinares, interdisciplinares y metadisciplinares. Está claro que la forma tradicional de evaluación aquí no es suficiente, por lo tanto se tiene que adaptar. Una vez conseguido eso, se puede ir un paso más allá y vincular criterios de evaluación de diferentes áreas y conseguir así proyectos colaborativos entre docentes, alumnos y materias.

CC Search: Flickr
Concluyendo lo anterior, estamos totalmente de acuerdo con que una actividad así en un grupo fomenta el aprendizaje sobre un tema en concreto, la cohesión de grupo, la competencia social, la relación entre los alumnos y con el profesor y la adquisición de responsabilidades. El alumno puede de esta manera relacionar los conceptos teóricos con la práctica. En nuestra humilde opinión, creemos que se interiorizan mejor los conceptos, ya que se busca el porqué de lo que se está haciendo, se trabaja en grupo y, a veces, hasta se tiene que explicar a los compañeros. Por todo esto, para nosotros se produce un aprendizaje más significativo. Para terminar, os dejamos un vídeo con opiniones de unos alumnos que experimentaron el ABP.

martes, 1 de noviembre de 2016

¿Sancionar o Evaluar?

Creo que estamos todos de acuerdo con que una educación basada en la enseñanza de competencias no  puede ser evaluada de forma tradicional. Un único examen escrito no va a reflejar todas esas competencias que según la nueva ley tenemos que enseñar a nuestros alumnos. Por lo tanto, tenemos que alejarnos de la concepción finalista de “seleccionar” a los alumnos mediante las notas, ya que en ese preciso momento la nota se convierte en el objetivo y no el aprendizaje. Haciendo una pequeña reflexión sobre nuestra propia época en el instituto, podemos decir que la mayoría de las veces hemos estudiado simplemente para aprobar el examen sin ningún otro fin. Aprender para aprobar y no aprender a aprender. Esto con las competencias básicas, sobre las que hablamos en nuestra entrada anterior, ha cambiado: conceptos, procedimientos y actitudes no se pueden evaluar mediante un examen escrito. ¿Cómo hacemos eso? Según Zabala la mejor manera de evaluar hoy en día todas estas competencias son las situaciones-problema. Os ponemos un ejemplo:

Periódico La Enseñanza

Hemos acompañado a la Sra. Weber, profesora de alemán en el IES Abecedario, durante una semana. […], nos comentaba que las lenguas extranjeras siempre se han ido evaluado de una manera distinta. Es imposible saber si un alumno sabe un idioma sin tener en cuenta sus competencias lingüísticas a la hora de hablar con los compañeros o escuchando un audio, por eso en las lenguas extranjeras siempre se evalúan cuatro partes: Schreiben, Lesen, Sprechen und Hören (escribir, leer, hablar y escuchar). […] nos cuenta que el profesor de castellano Sr. Marí Ribas ha adaptado este sistema a sus clases de castellano y el resultado es sorprendente: “ahora ya no los evalúo mediante un único examen escrito y mis alumnos están más motivados que nunca. Propongo a los alumnos un texto complicado que necesita ser analizado y les sitúo ante un problema. Para solucionar este problema primero tienen que leer individualmente el texto y responder unas preguntas (para evaluar la comprensión de lectura), después vemos un vídeo relacionado con el tema (comprensión auditiva/visual), a continuación hacemos una puesta en común (habilidades comunicativas, competencias sociales) y finalmente tienen que entregar una conclusión/solución al problema por escrito (comprensión escrita) […]

Ein von Xicu Marí Ribas (@bloghx) gepostetes Foto am


Pero la evaluación por parte del profesor no es la única a tener en cuenta. Tenemos que decir, que para una buena evaluación necesitamos una coevaluación conjunta para tener una "calificación global" ya sea de padres, profesores, compañeros de clase y del mismo evaluado para ver esta evolución. Una nota del profesor calificando el área correspondiente, los padres que siguen la evolución del alumno desde casa (ven si esta motivado, si dedica tiempo a los estudios), de sus compañeros, que a su vez están estudiando lo mismo y ven si el alumno va bien o va mas atrasado o adelantado que ellos. Finalmente una autoevaluación del alumno. La pregunta es: ¿por qué el alumno se tiene que evaluar a si mismo? ¿Lo hará bien? La respuesta es sí. El alumno tiene la “presión” de que se tiene que evaluar a si mismo y conoce los criterios de evaluación (por ejemplo mediante una rúbrica) esto hace que esté más motivado y desde un principio haga bien las cosas. A la hora de evaluarse él sabe que ha hecho bien o que ha hecho mal, si le sobran cosas, si le faltan. Por tanto, su propio conocimiento le hará ser justo con su nota que, contrastada con la nota del profesor y la nota de sus compañeros, será una buena muestra de su evolución. La metareflexión sobre el propio estudio hace que el aprendizaje sea más significativo. Por todo esto estamos de acuerdo con Neus Sanmartí en que aprender a autoevaluarse es una de las condiciones indispensables para aprender a aprender.
Foto: Tekman Books (clic en el link para ver mejor)
Concluyendo lo anterior, calificar no es evaluar y por lo tanto, por una nota es meter al alumno en un cajón del cual puede que salga o no. No queremos sancionar a los alumnos, queremos motivarlos mediante los resultados y orientarlos de cara al futuro.

Por último y como pequeño anexo, nos gustaría recomendaros dos cosas: la serie "Black Mirror" y el documental "Enséñame pero bonito". La serie está relacionada con todo el tema de las TIC llevándolo a situaciones extremas pero no por eso menos factibles. El documental va sobre la escuela alternativa en España y si tenéis un ratito ¡merece totalmente la pena!

Hannah y Xicu